miércoles, 27 de febrero de 2013


EL GLADIADOR
HISTORIA DE UN GALLO FINO

Dr. Rubén E. Rodriguez

                Hace muchos años el Sr Víctor López y su compadre Sixto Cabello viajaron a la Isla de Trinidad & Tobago a buscar 30 gallos de pelea en el criadero de su amigo Roberto Navarro. Ahí recorrieron las instalaciones y observaron un gallo zambo muy imponente que estaba suelto con varias gallinas. El gallo estaba tuerto y Víctor López preguntó a su amigo Roberto sobre los orígenes de ese ejemplar. Roberto no respondió de momento y siguió el recorrido de las instalaciones. Pero Víctor López insistió y aquél le regaló el gallo no sin antes explicarle sus orígenes y sus hazañas.

          Se trataba de un gallo de seis (6) peleas, de las cuales tres (3) de ellas se realizarían en la Isla de Santa Lucía con posta de 5000 dólares cada una. Su cuarta pelea se hizo en la Isla de San Martín. Su quinta pelea en la Isla de Grenada, y en su última pelea, según me explicó el mismo Víctor López, el gallo cayó al suelo y Roberto decidió levantarlo.

          El gallo sería hijo de un ejemplar “rubio” procedente de Puerto Rico que habría llegado a las manos de la familia de Roberto Navarro por intermedio de Ernesto Acosta alias “Chepo” un personaje de origen cubano radicado en la Isla del Encanto y que se conoció durante muchos años como el gallero del Lic Juan Tomás Peñagarincano, propietario del famoso Rafaelito, y luego trabajó como gallero de Pipo Rivera dueño de los mejores gallos pintos que hubo en Puerto Rico.

          Su madre es una de las gallinas de Miami procedente de la cría de Gustavo Sánchez (+), que habría llegado a las manos de la familia de Roberto Navarro y su padre Fernando por intermedio del Sr John Ohalloran, quien para esa época era el Ministro de Agricultura.

          Con estos antecedentes de combate y pedigrí llegó a Venezuela el citado gallo de Roberto Navarro, para después pasar en calidad de préstamo a las manos del Sr Gregorio Ruiz, un prestigioso criador de gallos de la ciudad de Maturín, estado Monagas, quien decidió bautizar el ejemplar con el nombre de El Gladiador.

          Así surge la historia de un semental que trajo grandes satisfacciones al Sr Víctor López y a todos los que de alguna manera pudiera castar de este extraordinario gallo. Uno de los afortunados es Adanys Millán, quien consigue ponerle una gallina zamba orejas blancas al citado gallo y de ahí obtiene 3 animales. Dos pollos y una pollona. Uno de ellos zambo pinto y el otro zambo.

El zambo pinto, un gallo alto y fuerte de gran fenotipo, ojos perlados, alas y guía blancas, que se destacaba muchos en los topes y de ahí la decisión de llevarlo a la gallera. El escenario es Santa Ana, estado Anzoátegui. Allí se casa el hijo del Gladiador con dos millones de bolívares (Bs.2.000.000) contra un gallino de la gente de Aragua de Barcelona. Sería el 5 de julio de 2004, a sólo 3 días de cumplir los 12 meses de edad, cuando el zambo pinto se enfrenta con un gallo gallino en un combate a muerte pactado a 30 minutos.

          Salen los gallos y comienza la riña que el zambo pinto domina rápidamente desde el centro de la valla hasta la pared del redondel. De pronto, un repentino espuelazo cambia el curso de la pelea, y el zambo pinto cae al suelo. Ahí soportaría todo el castigo hasta finalizar el tiempo de la pelea que es declarada tablas.    

Una tabla que demostró el coraje y la guapeza de un gallo que asimiló el castigo de su rival durante casi todo el tiempo del combate. Algo que en Venezuela se le asigna mucho valor y constituye nota característica de muchos gallos que se destinan a la reproducción.


El gallo quedó muy herido, sobre todo al nivel de la cabeza, pero se recupera con el tiempo y se le destina a la reproducción. Sus hijos rápidamente demostrarían que se trataba de un semental muy valioso y así pasan varios años hasta que llega a mis manos en calidad de préstamo. Un préstamo que ejercería a título de dueño y que aprovecharía sin mucha suerte en los primeros meses, ya que la mayoría de los pollos que casté se enfermaron y murieron todos.

Un segundo aire comenzaría a rendir sus frutos en la reproducción, y esta vez con gallinas importadas de Puerto Rico empiezan a salir varios hijos destacados. Uno de ellos el #1296, un ejemplar grande y fuerte como su padre y con muchas habilidades de combate.

Otro de sus hijos, el #1195 un gallo zambo oscuro de patas blancas, también de otro gallina importada de Puerto Rico que demostraría en los redondeles de San Mateo el gran valor de su padre como semental.

También un hermoso pinto, hijo de una gallina procedente de La Riera, un prestigioso castadero de la ciudad de Maturín, estado Monagas, que se ha ganado el respeto de muchos galleros venezolanos a nivel nacional por los exitosos resultados de sus gallos.

En fin, el Gladiador es un gallo cuya historia muy particular imprime un sello de calidad a la cría del gallo fino que con algunos aciertos y muchos errores comencé en el estado Anzoátegui, y que sirvieron de guía para seguir mejorando la raza de mis animales y también de inspiración para rendir tributo a la casta de un gallo fino.

1296 - ARISTÓCRATA 

 

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